Nidia in Gaia

Diferentes u opuestos complementarios en el mundo de las/los curanderos andinos (Parte 2)

Es posible que la diferencia entre ser una persona “normal” y ser curandera, sea un límite que les divide. Porque los cambios que una curandera tiene en su vida no son tan sencillos de sobrellevar como una etapa de la de vida simplemente, sino que son tan fuertes, profundos, impactantes que rebasan esos límites.

A comienzos de esta transformación de ser una persona corriente, para pasar a ser curandera hay una explosión de una serie de cosas que ocurren a nivel físico, espiritual y práctico y, eso es lo que va dando una característica en particular a la curandera, es por eso que la gente ya no la ve como una persona común y corriente, por más que esté entre las personas del mundo, las personas perciben algo que no está en todos y solamente existe ella. “Es diferente” dicen, “otra clase”. Esa es una de las cosas que se puede percibir. sin necesidad de decir que es curandera o curandero, pues existe una diferencia frente a los Otros. La separación es una ilusión por supuesto, ya que se conoce que todas las personas estamos interconectadas, se podría decir aquí que la curandera llega a ser una expresión de una forma de vida diferente.

A medida que el tiempo transcurre, las curanderas van siempre desarrollando la parte espiritual o mística. De capacidad de poder pasar a otros umbrales, ya sea mediante la lectura de las hojas de coca, las cartas, las señales, los augurios, los sueños, el entorno que les rodea, las nubes, el viento, los animales y todas las manifestaciones de la naturaleza, que para ellas ya no son tan sólo fenómenos o seres de la naturaleza. Entre uno de los dones de la curandera posee, está lo que se llamaría la capacidad de percepción. Más allá de su saber aprendido o transmitido por otros. Es su poder aprender a partir de las visiones, los mensajes que llegan.

Esta forma de percibir la realidad se podría considerar animista para la visión occidental, pues para Occidente prima lo objetivo, lo científico, lo medible y por tanto siempre tratan de refutar o consideran como superstición el saber ancestral indígena y no así como un saber que está mucho más allá de la ciencia y, que ha existido antes de la ciencia positivista misma.

Ellas perciben el mundo de manera diferente a lo culturalmente definido, rompen con la idea de que nuestros sentidos son los únicos capaces de percibir, y de que todo lo que esté fuera de la percepción sensorial es puesta a un lado por la mente racional. La percepción para las curanderas ocurre más allá del reino de los sentidos y además, es necesario experimentar. Las curanderas luchan por quebrar ese manto del conocimiento que presupone que se percibe solamente con los sentidos. El conocimiento que manejan es un conocimiento abstracto. Para lograr ese “vuelo hacia lo que está más allá de los sentidos” precisan de mucha energía, rompen el convenio que define lo que es la realidad, sin destruirse en ese proceso. Es decir atraviesan una realidad sin dejar la que están viviendo.

Concluyo este capítulo, continúa el relato.

 

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