Nidia in Gaia

Diferentes u opuestos complementarios en el mundo de las/los curanderos andinos (Parte 6)

¿Qué fronteras cruzan las lideresas indígenas hoy para lograr que sus voces no sólo sean escuchadas, sino también atendidas y entendidas, en esta sociedad de la información?
Si tomamos en cuenta la apreciación de Castells: “Las batallas culturales son las batallas del poder en la era de la información. Se libran primordialmente en los medios de comunicación y por los medios de comunicación, pero éstos no son los que sustentan el poder. El poder, como capacidad de imponer la conducta, radica en las redes de intercambio de información y manipulación de símbolos, que relacionan a los actores sociales, las instituciones y los movimientos culturales, a través de iconos, portavoces y amplificaciones intelectuales”[1] Entonces la razón porque las mujeres indígenas exigen y luchan por una participación plena dentro de encuentros internacionales que giran en torno a la información, es porque  si bien después de más de 500 años del encuentro con los colonizadores españoles, ahora la cultura occidental globalizada tiende por un lado a la homogenización en patrones de consumo, pero por otro, también crea la posibilidad de diferenciación cultural. «La globalización de las sociedades lleva a la constitución de un espacio transglósico en el cual una cultural mundializada debe cohabitar con un conjunto de culturas diferenciadas. Esta diglosia social permite simultáneamente la existencia de una civilización mundializada y las particularidades culturales. En este sentido la globalización abriga en su seno la propia diferenciación inherente a la modernidad»[2]. Son estos espacios de apertura los que  permiten que se escuchen las voces de las mujeres indígenas. Tiene una relación directa con ser intérprete, ser traductora y ser mediadora y  luchar porque nuestra cultura perviva dentro de lo que es la sociedad de la información.
Las curanderas han sobrevivido a intentos de destrucción de su cultura, durante la Colonia, hasta el día de hoy, muchos de los conocimientos que poseen están modificados, sin embargo, la esencia de mantiene. Se ha tenido que camuflar el accionar, han tenido que ponerse máscaras, sin embargo, su conocimiento llega ahora a nivel de reuniones internacionales donde se les pide que oficien ofrendas. Por ejemplo: en el internet se ve que ancianas indígenas han conformado un Consejo Mundial, muchas lideresas asisten a conferencias internacionales, foros, etc, con el mandato de defender la cultura ancestral. Todas forman parte de la misma lucha, la lucha por la defensa de la identidad cultural de los Pueblos  Indígenas. La labor que realizan no es una carga, sino más bien forma parte de su mandato.
Así ancianas indígenas procedentes de todo el mundo crearon un Consejo de Trece Abuelas indígenas, donde: “sus formas tradicionales se enlazan con las fuerzas de la tierra. Su solidaridad con el Otro cree una red que de un nuevo balance a las injusticias creadas a partir de un mundo que no tiene balance; un mundo desconectado de las leyes fundamentales de la naturaleza y las enseñanzas originales basadas en el respeto hacia toda la vida” y donde ellas afirmen sus relaciones con los médicos tradicionales y comunidades a través del mundo. Así ellas dicen “que nuestras formas ancestrales de orar, conciliación y sanación son necesidades vitales hoy en día [y dicen]  Nosotras nos reunimos  para cuidar, educar y entrenar a nuestros hijos. Nos reunimos para defender la práctica de nuestras ceremonias  y afirmar el derecho a usar nuestras plantas medicinales libres de cualquier restricción legal. Nos reunimos para proteger los territorios donde nuestra gente  vive y de la cual nuestras culturas dependen, para salvaguardar el patrimonio colectivo de la medicina tradicional, y para defender a la Tierra misma. Creemos que las enseñanzas de nuestros ancestros iluminarán nuestros camino a través de un futuro incierto”[3] 
 Este es un ejemplo concreto de cómo las mujeres indígenas se mueven de un contexto al otro, sirven de puente a partir de establecer una relación intercultural, a partir de la autodeterminación personal que significa saber muy bien quien se es y los límites y potencialidades que se tiene. Una de las tareas que corresponde realizar es la de ejercer el papel de puentes o mediadoras y traductoras entre personas que pertenecen a diferentes mundos, entre personas que tienen cosmovisiones diferentes.
A manera de conclusión:
En este artículo he tomado la perspectiva de la lucha de las mujeres indígenas desde dos ángulos, a partir de la visión de la curandera y de la lideresa, de cómo tienen día a día que destruir barreras, atreverse a cruzar umbrales, para poder romper con estereotipos, para adaptar los medios que desarrolla la modernidad, para integrarse en la Sociedad de la Información.
Mujeres indígenas que son mediadoras, tienen que luchar contra la discriminación, étnica, social y de género. Defender el derecho a la cultura, a la información, a la autodeterminación. Por ese motivo se apropian de los avances tecnológicos y se reclama espacios en el debate global. La participación de las mujeres indígenas no está en el banquillo de las espectadoras, sino que tienen un papel protagónico.
Se ve también que el desafió de enfrentar la desigualdad de género en las comunidades pasa por un rediseño de la visión feminista dentro de la visión del mundo  dualista indígena, en la cual el hombre y la mujer son complementarios.
Todo esto pasa por la experiencia de la aceptación de lo que se es. La lucha que une a todas las mujeres indígenas está basada en la forma de ver el mundo, a partir de la vivencia como indígena. Donde varios ámbitos están integrados en uno, a partir de una dimensión cultural más holística. Los opuestos complementarios que conforman el equilibrio de fuerzas contrapuestas, la búsqueda del equilibrio que es la base para la pervivencia como Pueblos Indígenas. 
Enfaticé en la relación de los opuestos complementarios, porque es parte de nuestra visión del mundo, la que nos diferencia de lo occidental. La lucha por la autodeterminación y por los valores y las enseñanzas de nuestros antepasados que son los que marcan nuestro andar por la vida. Porque sin la participación de las mujeres indígenas no se podrá construir un mundo más digno.
¡Muchas gracias!
[1] Castells, Manuel. La era de la información: economía, sociedad y cultura. Fin del milenio. Vol III, Alianza Editorial, Madrid, 1998 p 382
[2] Ortiz, R. “Cultura, Modernidad e identidades”. En: Nueva Sociedad. No 137, Mayo-junio, Caracas, 1995, p21
[3] The International Council of Thirteen Indigenous Grandmothers.  http://www.wunrn.com/

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