Ante situaciones inesperadas y de gran incertidumbre es normal que las personas nos pongamos ansiosas y nuestro mecanismo de defensa se active, pero si esta situación se prolonga demasiado tiempo ya podemos hablar de cuadros de ansiedad o depresión. La pandemia que como humanidad estamos viviendo ha puesto en relieve un área de la salud que no fue atendida en su medida real, los trastornos de salud mental. Según datos de OMS/OPS. “La pandemia por COVID-19 provoca un aumento del 25% en la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo”. Se calculaba que para el 2020 “la depresión constituiría la tercera causa de morbilidad al lado de las enfermedades coronarias y los accidentes de tráfico y como la primera causa de incapacidad” y según su director general. Tedros Adhanom Ghebreyesus «La información que tenemos ahora sobre el impacto de la COVID-19 en la salud mental del mundo es solo la punta del iceberg”[i].
Para continuar con el artículo emplearé definiciones actuales que la biomedicina utiliza, para lograr una mayor comprensión. No pretendo de ninguna manera realizar un análisis a profundidad dentro del contexto biomédico, porque no soy biomédica, pero sí es mi interés contextualizar el trastorno para posteriormente pasar a formular la manera en la cual se puede articular una explicación y tratamiento a partir de la visión ancestral andina.
El trastorno de ansiedad es padecido mayormente por mujeres y muchas veces se confunde con otro trastorno psiquiátrico como la depresión. Están relacionados también con circunstancias externas negativas como: enfermedades crónicas, violencia sexual; lesiones traumáticas; muerte de personas significativas, divorcios, dificultades económicas, entre otros.
La pandemia ha revelado la baja calidad de vida que hemos tenido y continuamos teniendo, y la necesidad imperiosa de trabajar en mejorar las condiciones externas e internas para poder gozar de una salud y vida más integrales y sin tanto sufrimiento.
Deseo seguir extendiéndome en analizar estos trastornos porque como persona que ha elegido como propósito de vida contribuir con su accionar a la felicidad del planeta, considero que debo referirme a esta situación con el mayor respeto, información y delicadeza. Además, porque yo misma he sido una de las tantas mujeres que los padeció durante gran parte de su vida, y cuya vida ha constituido un camino de sanación.
En este pequeño artículo hablaré de la ansiedad y la depresión buscando integrarlo con las visiones más amplias e integrales que ofrece la sanación ancestral andina.
La definición de la Ansiedad que presenta el diccionario médico[ii] es: “Estado emocional que presenta reacciones de miedo o aprensión anticipatorias de peligro o amenaza inespecíficos, acompañadas de una activación del sistema nervioso autónomo”. La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Aquí cabe diferenciar el miedo, cuando la persona se enfrenta a un objeto externo que considera amenaza y se prepara la responder, ya sea paralizándose o enfrentándose, y la ansiedad, la amenaza es interna y la persona desconoce el objeto porque se presenta difusa, por tanto no sabe cómo responder.
La ansiedad es un mecanismo de defensa fisiológico ante una amenaza, puede generar sensaciones desagradables como: preocupación, irritabilidad, inquietud, hipervigilancia o agitación. Sin embargo, Cuando un periodo de ansiedad se prolonga en el tiempo y es incontrolable, puede empeorar, por lo que no se puede soslayar, ya que acarrea muchos inconvenientes a la persona que la experimenta
Según el mismo diccionario[iii], La Depresión llega a ser una, alteración afectivo-conductual, caracterizada por sentimientos de tristeza, inhibición de ideas y psicomotora. Sigue […] en bastantes casos este trastorno es bipolar, es decir, a una fase de depresión sigue otra de euforia, manía (enfermedad maníaco-depresiva) en la que la tríada anterior cambia de signo: euforia, fuga de ideas e hiperactividad.
Aparece con más frecuencia en mujeres y en personas menores de 45 años. Los síntomas más habituales son: Tristeza patológica; pérdida de interés; disminución de la vitalidad; cansancio exagerado.
La medicina occidental recomienda el tratamiento con psicofármacos y/o psicoterapia, que consiguen, en la mayoría de los casos, aliviar parcialmente o en su totalidad los síntomas. Una vez se han superado los síntomas de la depresión, convendrá seguir bajo tratamiento antidepresivo el tiempo necesario para evitar posibles recaídas. En algunos casos, el tratamiento deberá prolongarse de por vida.
Las depresiones se suelen dividir en endógenas y reactivas. La clasificación de la depresión en estos dos tipos permite dos terapias distintas.
Las depresiones endógenas son innatas tienen un componente hereditario, las personas que las padecen tienen tendencia al suicidio el tratamiento que ofrece la biomedicina en casos extremos y que tiene efectos secundarios es la terapia electroconvulsiva, cuando otros tratamientos no han funcionado.
Las depresiones reactivas o neuróticas son aquellas que se han desencadenado a consecuencia de algún suceso externo, las neuróticas responden mejor a los fármacos antidepresivos y, en algunos casos, a la terapia cognitiva (psicológica).
Los biomédicos clasifican también, siguiendo la fuente, otro tipo de depresión. La Anclítica: que designa un tipo de depresión originado en una separación prolongada de un bebé de la madre, produciéndose la carencia de afectividad y cuidados emocionales físicos. Los bebés suelen llorar de manera continuada, tienen agitación y desesperación; posteriormente dejan de llorar y permanecen con los ojos y la mirada inexpresiva, ya no les importa lo que suceda en el entorno, no reaccionan a los estímulos, tienen sueño constante, adelgazan tanto que en casos extremos pueden morir. Según, se indica este síndrome es reversible si se trata con tiempo y se reanuda el contacto. (Aquí me referiré al término aika, mancharisqa que se encuentra dentro del espectro que en términos de biomedicina refieren los síndromes de filiación cultural de SUSTO).
Se indica que las mujeres podrían ser mucho más afectadas por este tipo de depresión, ya que los roles de género que se les imponen las inclinan a ello. Se caracteriza por una preocupación excesiva por las relaciones interpersonales y dependencia emocional excesiva de las demás personas, en algunos casos personas que no son cercanas a ellas; la sociotropía[iv].
Lo arriba mencionado, resume la definición de los trastornos de depresión y ansiedad. Parecería que todo anda por separado, pero nuevos avances actuales muestran una relación estrecha entre el funcionamiento del sistema inmunitario y los cuadros de depresión. Porque, la depresión y ansiedad pueden generar reacciones inmunitarias y al revés, los cuadros de inflamación causados por una reacción excesiva del sistema inmunitario, también pueden provocar trastornos de depresión[v]¡Factor que si bien no tiene el mismo nombre, la sabiduría ancestral, en este caso andina, ya había señalado!
Me extenderé un poco más en esta descripción para mostrar que la biomedicina está llegando actualmente al reconocimiento de la necesidad de tener una visión integral y menos sesgada de la salud: Así, desarrollan una nueva disciplina denominada: PSICO-NEURO-INMUNOLOGIA que es una rama de la medicina que estudia la interacción entre los procesos psicológicos y los sistemas nervioso e inmunitario del cuerpo humano, y su efecto sobre la salud, a través de un trabajo interdisciplinar. Igualmente en 1985, de la recopilación de una serie de trabajos históricos se produce la Fundación Científica de la Psiconeuroinmunología, plasmándose en la edición del libro “Foundations of Psychoneuroimmunology”[vi].
Del mismo modo que la Epigenética[vii] que es un campo emergente de la ciencia que estudia los cambios hereditarios causados por la activación y desactivación de los genes sin ningún cambio en la secuencia de ADN subyacente del organismo. La epigenética es una palabra de origen griego y significa literalmente por encima (epi) del genoma.
Se creía que los genes que componen nuestro ADN contienen la información principal sobre quiénes somos, y que el código genético era inalterable. Los son los que dan instrucciones a las células que definirán desde el color de nuestros ojos hasta el funcionamiento de nuestros pulmones o nuestra propensión a enfermedades como el cáncer o la diabetes.
Sin embargo, con el paso del tiempo se ha descubierto que el cuerpo humano tiene una forma natural de activar o desactivar algunos de nuestros genes en respuesta al ambiente y al estilo de vida que llevamos, sin modificar el ADN.
Como se puede ver la medicina alopática y la especialización psiquiatría es la que se dedica a medicar y atender estos trastornos que en su modelo están considerados dentro del ámbito de salud mental. La medicación puede llevar a la dependencia de las personas que reciben los tratamientos, además que se ve desde la parte fisiológica. Pero, con el nacimiento en el siglo XIX de la psicología moderna, que de un arte se convierte en una disciplina científica dedicada al estudio de la mente humana; empieza a trabajar en el tratamiento de los trastornos de depresión y ansiedad; se crea una respuesta terapéutica donde existe la posibilidad de sanar sin fármacos.
Las medicinas tradicionales indígenas en general, se han mantenido con la visión holística y las personas agentes de atención que prestan servicios en las comunidades, son personas que continúan preservando la cultura ancestral, aunque los últimos años y por confrontación con “enfermedades y padecimientos propios de la modernidad” se han venido integrado nuevos recursos fitoterapéuticos y de los sistemas de salud denominados alternativos. Esto no representa una renuncia o deformación de los aprendizajes, si se reconoce y separa un conocimiento y su origen, sino que son conocimientos en evolución que se van adecuando a los tiempos actuales. Porque, no se quiere tener un conocimiento en un museo e inamovible, pues nunca lo estuvo.
Así los trastornos de ansiedad y depresión son definiciones modernas que se dan a patologías que tal vez no existieron como tales en la antigüedad. Por tanto, podríamos plantear un relacionamiento de estas patologías con el síndrome de afiliación cultural que presenta síntomas de susto, o mancharisqa, la tristeza en cierta forma. Los síntomas corresponden en mucho a la depresión (falta de apetito, insomnio, mal humor, desánimo), pero que en algunos casos no se asociación la depresión y ansiedad en sí mismas. Esto lo trataré en un nuevo artículo.
©NidiaInGaia. Nidia R. Bustillos R., abril 2022.
[i] OMS/OPS. “Pandemia por COVID19 provoca aumento de un 25% para prevalencia de ansiedad y depresión”. 2 Mar 2022. https://www.paho.org/es/noticias/2-3-2022-pandemia-por-covid-19-provoca-aumento-25-prevalencia-ansiedad-depresion-todo).
[ii] CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA. Diccionario médico. https://www.cun.es/diccionario-medico. 2022.
[iii] Idem.
[iv]REVISTA PsicologÍa Clínica. “Sociotropía y autonomía: ¿evidencias para la hipótesis de especificidad de síntomas en depresión?”.versão impressa ISSN 0103-5665versão On-line ISSN 1980-5438. Psicol. clin. vol.28 no.3 Rio de Janeiro 2016
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0103-56652016000300003
[v]Leslie Alejandra Ramírez, et.al. “Nueva teoría sobre la depresión: un equilibrio del ánimo entre el sistema nervioso y el inmunológico, con regulación de la serotonina-quinurenina y el eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal”. Revista biomédica. https://revistabiomedica.org/index.php/biomedica/article/view/3688/4208 en Biomédica. 10.7705/biomedica.v38i3.3688.
[vi] Martha Fors López, Mariela Quesada Vilaseca y Daniel Peña Amador. “La psiconeuroinmunología, una nueva ciencia en el tratamiento de enfermedades. Revisión bibliográfica”. Versión impresa ISSN 0864-0300versión On-line ISSN 1561-3011
Rev Cubana Invest Bioméd v.18 n.1 Ciudad de la Habana ene.-abr. 1999.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03001999000100018.
[vii] BBC. “Epigenética: ¿podemos cambiar lo que determinan nuestros genes?” Fragmentos recogidos del artículo de la BBC el 1 de agosto de 2020.